La colección de artrópodos del Museo Nacional de Costa Rica es la más grande de Centroamérica. Cuenta con más de 3,226,669 especímenes.

La colección está disponible, con fines científicos, a la sociedad costarricense en el Museo Nacional de Costa Rica. Es estudiada y consultada por investigadores y especialistas del mundo y continúa creciendo debido a los proyectos de investigación y caracterización de ecosistemas que el Departamento de Historia Natural del MNCR desarrolla continuamente, así como a la colaboración de otros investigadores nacionales y extranjeros.

ESTÁ COMPUESTA DE EJEMPLARES DE:

Escarabajos (892,250)

Mariposas diurnas y nocturnas (613,178)

Abejas, avispas y hormigas (469,961)

Moscas y mosquitos (470,482)

Chicharras y chinches (185,543)

OTROS GRUPOS CON MENOR DIVERSIDAD:

Grillos y saltamontes (22,539)

Crisopas (5,100)

Mantis (2,125)

Cucarachas (1,531)

Arañas y escorpiones (1,755)

Los inicios de la colección de artrópodos

En 1887 se consolidan los estudios de documentación de la diversidad biológica de Costa Rica, con la creación del Museo Nacional de Costa Rica. Las colecciones naturales del MNCR iniciaron su desarrollo en este período.

Entre 1895 y 1896 el entomólogo José Fidel Tristán, publicó a manera de informe interno del Museo Nacional, una lista de insectos que contenía abejones, avispas, mariposas, abejas, crisopas, chinches y grillos.

Posteriormente, en 1897, José Fidel Tristán publica su primer documento científico independiente sobre insectos, denominado: “Insectos de Costa Rica pequeña colección arreglada”. Tanto Tristán como Paul Biolley fueron destacados curadores de la colección entomológica del MNCR.

En el periodo 1892-1897, la investigación de Henry Pittier y Paul Biolley, mientras laboraban para el Instituto Físico Geográfico, sirvió de insumo para la monumental obra publicada sobre la Historia Natural de Mesoamérica: Biología Centrali Americana donde se publican y describen numerosas especies de insectos presentes en Costa Rica.

De 1930 a 1971 la colección decayó por falta de recursos económicos, espacio, mobiliario y personal científico. Con la llegada de Luis Diego Gómez a la dirección del Museo, la colección se renovó y en los años 70, Francisco Fallas y Aurelio Berrios se dedicaron a rescatarla y reorganizarla. En ese mismo período, el biólogo Felipe DeVries amplió el área de mariposas diurnas, trabajo que fortalecieron los biólogos Isidro Chacón y Ángel Solís, al enriquecer la colección con nuevos ejemplares de mariposas y escarabajos.

Base de Datos

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