Historia Natural
Alvaro Wille† (1928-2006) fue el especialista que trabajó este grupo en Costa Rica. Describió una nueva especie en 1965, llamándola Trigona (Tetragona) costaricensis, y posteriormente en 1971 la re-identifica como una variación de la mariola negra (Trigona (Tetragonisca) buchwaldi). En 1965 hace una publicación con una serie de notas y observaciones relativas a la historia natural, las cuales posteriormente fueron utilizadas por diferentes investigadores como punto de partida para generar nuevas investigaciones. Algunas de estas anotaciones señalan asociaciones con termiteros, rangos de vuelo para algunas especies y caracteres morfológicos del grupo Trigona.
Trigona (Tetragonisca) buchwaldi
MNCR, M. Sánchez-Ocampo
Rangos de vuelo
Rangos de vuelo
Hay especies de abejas sin aguijón en todas las provincias de Costa Rica, aunque algunas de ellas están restringidas a zonas particulares, generalmente a altitudes bajas entre los cero y menos de 2000 msnm. Sin embargo, el género Parapartamona habita los Andes de Bolivia y Colombia a altitudes de entre 1400-3400 msnm, y en los Andes de Bolivia la especie Trigona (Geotrigona) tellurica se reporta a 4000msnm.
Dependiendo del tamaño de las abejas es el potencial de vuelo que tendrá para el forrajeo. Para las abejas melíferas se han reportado distancias de hasta 7km, pero los meliponinos son abejas pequeñas y en el caso del género Melipona sus distancias de vuelo son superiores a los 2km aproximadamente; y en el caso de abejas pequeñas como las mariolas no superan los 900m de distancia.
En el caso de los enjambres, una nueva colmena puede establecerse en un rango de aproximadamente de 300 m de radio de la colmena original. La mayoría de las observaciones registran colmenas hijas justo al lado de las originales, usualmente en casas viejas, o superficies con huecos como troncos, piedras, blocks, cajas vacías, entre otros.
Etología
Etología
| La conducta de los diferentes géneros es bastante particular y, aunque varía de una especie a otra, es fácil reconocer algunos patrones de comportamiento a nivel de género.
Una de las especies que le causa bastantes problemas a los meliponicultores es Lestrimelitta, conocida como “Abeja Limón”. Este género no tiene corbícula, sino que presentan una estrategia llamada cleptoparacitismo, es decir, son abejas ladronas, invaden las colmenas de otras especies para robar el polen y la miel.  Por otro lado, dentro de los grupos defensivos, podemos citar al género Scaptotrigona, conocidas como “Abejas soncuano” las cuales se caracterizan por salir en grupo directo a atacar cuando uno se encuentra a menos de unos 2 o 3 metros de la piquera, acumulándose en las zonas con pelo del intruso, como bigotes, cejas, cabello, barba, y el pelaje de los animales. En este grupo de abejas defensivas también podemos citar a la “Abeja conga” (Trigona (Trigona) silvestriana), la cual posee castas con varios tamaños, algunas pueden incluso duplicar el tamaño de las obreras, y salen a morder a los animales o personas que se acerquen a su colmena a menos incluso de 4 a 5 metros, entrando incluso dentro de la ropa hacia las axilas, brazos y piernas. |
Otro tipo de defensa presente en este tipo de abejas, es la que consiste en aspersiones de ácido fórmico, la cual es una característica de las “Abejas de fuego” del género Oxytrigona. Estas abejas son generalmente pasivas, y no atacan a menos que se les moleste, en cuyo caso se dispersan volando sobre el invasor y realizan aspersiones que causan quemaduras inmediatas y dolorosas sobre la piel.
A pesar de lo anterior, no todo es defensivo en este grupo, hay algunas abejas sumamente pasivas, como por ejemplo las mariolas (Trigona (Tetragonisca) angustula), las cuales son muy apreciadas por los meliponicultores y en general por la gente, debido a que prácticamente nunca atacan, tienen un vuelo suave, por poco inaudible, y se adaptan a casi cualquier caja de madera que se les ponga a disposición. Y aunque parecen indefensas, en algunos meliponarios se han detectado comportamientos colaborativos entre las colmenas de esta especie, donde detectan a los exploradores de la abeja limón y se enjambran para tratar de defenderse.
Estructura de colmenas
Estructura de colmenas
Las colmenas de las abejas sin aguijón se adaptan a espacios en árboles, cajas abandonadas, ladrillos o incluso entre las paredes de las casas. Consisten en una estructura principal llamada cámara de cría, que está hecha de celdas verticales muy juntas que forman discos superpuestos, o adaptados formando espirales ascendentes, como si de un edificio en miniatura se tratara.
La piquera consiste en un túnel de cera que construyen en la entrada de sus colmenas. La arquitectura de estas estructuras es muy particular para cada especie, por lo que es una forma bastante certera de reconocer a algunas especies a simple vista en el campo. Dentro de las más particulares se pueden citar tres gurpos de piqueras, las tubulares o cilíndricas, que son generalmente tubos de distintos diámetros y longitudes; las que tienen formas similares a copas o grandes estructuras redondeadas o irregulares; y las que aprovechan poro y ranuras para hacer una especie de marco engrosado, algunas veces ornamentado.
Melipona (Michmelia) fuliginosa: construyen un túnel cilídrico grande y grueso, con una cera muy gruesa y oscura, generalmente es recto y con una textura con relieves similares a la corteza de los árboles.
Scaptotrigona pectoralis: la piquera es tubular, algunas veces incluso supera los 15cm de largo, de cera café oscura, no es completamente cilíndrica sino que parece simular a un bejuco irregular, pero se caracteriza principalmente por terminar en un bisel, donde las abejas se posan a cuidar la entrada de la colmena.
Scaptotrigona luteipennis: construyen un cilindro casi perfecto y sin bisel, con un diámetro de hasta 2cm aproximadamente, con una cera que empieza en la entrada de la piquera siendo de un gris muy oscuro, pero se aclara con forme se aleja.
Scaptotrigona subobscuripennis: la piquera tiene forma de campana, abriéndose de forma similiar al atrio de una iglesia, con los márgenes inferiores irregulares, hecha de cera negra, muy similar a la textura de los termiteros.
Trigona (Tetragonisca) angustula: la piquera es corta, de entre 1 a 3cm de largo, con pequeños orificios y hecha con cera delgada de colores variables entre blanco a gris, el cual en ocasiones puede indicar que la colmena tiene buenas reservas de miel.
Asociaciones interespecíficas
Asociaciones interespecíficas
Algunas maderas son más apreciadas por algunas especies para la construcción de sus colmenas, las cuales han sido registradas por varios autores, y entre ellas podemos mencionar Espavel (Anacardium excelsum), Almendro de montaña (Andira inermis), Pochote (Pochota fendleri), Ojoche (Brosium alicastrum), Jiñocuabe (Bursera simaruba), Mangle Blanco (Bravaisia integerrima), Cedro Amargo (Cedrela odorata), Papaturro Blanco (Coccoloba caracasana), Laurel (Cordia alliodora), Guachipelín (Diphysa americana), Guanacaste (Enterolobium cyclocarpum), Higuerones (Ficus spp.), Madero negro (Gliricidia sepium), Guaba (Inga sapindoides), Siete cueros (Lonchocarpus costaricesis), Manú (Minquartia guianensis), Aguacatillo (Ocotea veraguensis), Gavilán (Pentaclethra macroloba), Aguacate (Persea americana), Guayabo (Psidium guajava), Jobo (Spondias mombin), Corteza amarilla (Handroanthus ochraceus), Roble de Sabana (Tabebuia rosea), entre otros.
Por otro lado, las abejas presentan una producción de dos tipos de miel y los meliponinos no son la excepción. Una es la miel común que conocemos, hecha a partir de néctar de las flores, y la segunda, menos conocida, es el mielato, el cual está hecho a partir de los excrementos de insectos como pulgones y cochinillas de las plantas. Tiene una particularidad distinta de la miel por volverse sumamente viscosa y pegajosa conforme se le calienta para evaporar el agua, ya que, a diferencia de la miel que posee exclusivamente néctar y polen, esta contiene también algunas sustancias que el pulgón no digiere y provienen directamente del floema de la planta, se le conoce también por otros nombres como melado, rocío de miel, ligamaza o mielada. Para obtenerlo, las abejas deben competir con otros insectos como escarabajos y hormigas.
Las abejas no solo obtienen néctar y polen de su entorno, también obtienen agua, proteínas y esporas de hongos que crecen cerca de la colmena. Otra asociación importante es la del género Trigona con los termiteros, pues ya desde antes de las observaciones de Alvaro Wille, se reportan colmenas de meliponinos viviendo dentro de termiteros. Si bien aún no se conocen todos los detalles de esta asociación, se ha apuntado a que es una estrategia de defensa contra depredadores, los cuales se toparían con las termitas antes de llegar a la colmena.
Afectaciones negativas
Afectaciones negativas
El subgénero Trigona presenta otras asociaciones importantes, entre ellas está el ser portador de la bacteria Ralstonia solanacearum, causante del Moko del Banano. Esta infección bacteriana afecta a las plantas de las familias Musaceae y Heliconiaceae principalmente, afectando el sistema vascular de la planta en una invasión que se extiende desde el rizoma hasta la flor. La transmisión se da debido a que, para elaborar sus colmenas, las abejas buscan resinas y latex de las plantas y árboles cercanos, por lo que al raspar las hojas del banano la bacteria puede ingresar y moverse a través del xilema de la planta. El síntoma más común es que las hojas se empiezan a tornar amarillas y si se realiza un corte, se puede apreciar un ennegrecimiento del sistema vascular, algunas veces perceptible sin necesidad de cortar.
Algunas especies de meliponinos producen mieles muy ácidas o cargadas de aceites vegetales, lo que las hace medicinales, pero a su vez afecta de forma negativa los cultivos de Cítricos (Citrus spp.), pues para extraer algunos aceites, las abejas cortan la flor y se llevan tanto el néctar como los aceites, y esto reduce la producción de frutos, pues cada flor perdida es un fruto menos en la cosecha. Para solucionar esto, algunos agricultores reemplazan las colmenas de estas abejas por mariolas pues estas ayudan a la polinización sin afectar el cultivo. Esto también afecta las producciones de algunas plantas ornamentales, pues las abejas raspan los bordes de las hojas para extraer los aceites, lo que hace que al cicatrizar el tejido se pierde la estética.
