Las colecciones osteológicas son invaluables ya que no se tiene la fortuna de encontrarse en todo el país, por las condiciones variables de preservación, y cuya existencia determina datos muy puntuales sobre la composición de la población representada en los cementerios en términos de sexo y edad, estado general de salud, indicadores epigenéticos o bien, prácticas culturales relacionadas a la estética o distinción social, tal es el caso de la deformación craneal.
Los restos humanos también ofrecen valiosos datos sobre las practicas funerarias cuando son considerados con otros elementos del contexto arqueológico.

Estudio de restos humanos

Actualmente, los restos humanos pueden someterse a muchos análisis de sus componentes dependiendo de la preservación del colágeno en los huesos en los cuales pueden encontrarse indicadores sobre patrones alimenticios de la población estudiada. Recientemente, ha sido posible extraer ADN de huesos hallados en cementerios prehispánicos de Costa Rica. Se espera que, en el futuro, el estudio genético de los huesos permita someter a estudio más poblaciones arqueológicas en aras de fortalecer los modelos actuales sobre el origen, descendencia y dispersión geográfica de los grupos prehispánicos dentro del istmo centroamericano.

Investigaciones arqueológicas centradas en la excavación intensiva de cementerios en el Valle central y Pacífico norte de Costa Rica, donde hay mejores posibilidades de preservación de los restos humanos son una reserva de enorme valor para conocer las características físicas, prácticas de enterramiento y organización social.

Patrones funerarios

Los arqueólogos que han llevado sus investigaciones en Costa Rica, han demostrado la antigüedad de prácticas muy complejas de enterramiento

Enterramiento de paquete

Los restos humanos más antiguos conocidos datan de 800 años antes de Cristo y provienen del Golfo de Nicoya. Ilustran una modalidad de enterramiento secundario de forma tal que los huesos, previamente descarnados a través de un proceso previo y prolongada colicuación de los tejidos blandos del cuerpo – eran posteriormente arreglados en forma de un paquete rectangular y trasladados hasta la zona definitiva de inhumación, en este caso, una playa de sustrato fangoso.

Cremación

En algunos casos la cremación de los cuerpos sucedía en piras ardientes dentro del mismo cementerio. La cremación no era necesariamente un proceso absolutamente destructivo, los restos se depositaban en fosas más o menos profundas o en urnas de cerámica. Si bien la literatura etnohistórica para Costa Rica no detalla esta costumbre, se sabe que los cuerpos de los difuntos también podían ser colocados en una especie de barbacoa sin contacto directo con la llama, con el fin de desprender las grasas y agua del cuerpo hasta desecarlo. De tal forma, se podía retrasar el proceso de descomposición y mantener el cuerpo durante algún tiempo para su contemplación en estancias especiales, antes de su enterramiento.

Base de datos

El Departamento de Antropología e Historia del MNCR administra una base de datos de todos éstos en lo que se puede examinar procedencia y antigüedad y otros rasgos distintivos de cada entierro y de cementerios.