En Costa Rica, la aparición y desarrollo inicial de la metalurgia, es decir, del arte de trabajar por medio del martillado, fundido y moldeado el cobre, oro o aleaciones de éstos, se entiende que sucedió debido a la difusión de la tecnología y piezas de determinado estilo, desde el noroccidente de Colombia, donde para aproximadamente inicios de la era cristiana o un poco antes, pueden datarse las primeras piezas martilladas o logradas por cera perdida. La tecnología se difundió hasta Panamá y Costa Rica de modo que las piezas pertenecen a un reconocible “Estilo Inicial” y perfectamente datadas en Panamá Central entre 250 y 500 años d.C. aproximadamente.

Se conocen centenares de piezas de oros costarricenses, pero lamentablemente, la mayoría de ellas no tiene procedencia certera ya que el valor intrínseco del metal ha estimulado el huaquerismo (saqueo de artefactos precolombinos) a gran escala y el tráfico ilícito. No obstante, se conocen bastantes piezas recuperadas de contextos arqueológicos científicamente excavados del Pacífico norte, Caribe, Valle Central y Sur del país, de modo, que puede suponerse que se elaboraban en muchas partes del territorio.

Manufactura en Oro

Por medio de técnicas instrumentales sofisticadas se logra establecer muchos detalles de la manufactura, composición y posible origen de los objetos elaborados en oro durante la época precolombina.

Se sabe, por ejemplo, que en las piezas martilladas no solo se empleaban pepitas sólidas sino también, láminas cuadradas previamente fundidas. Las piezas obtenidas por medio del vaciado de la cera perdida solían incluso moldearse en sus elementos más finos sin necesidad de soldaduras u otros procesos de unión.

En vista de que el oro se aliaba intencionalmente con cobre – aleación llamada guanín – se implementaban procesos químicos muy sofisticados para dorar y abrillantar las superficies, eliminando partículas de cobre y plata a través de la aplicación de ácidos naturales o sales reactivas. Este proceso, que simula un baño de oro, está perfectamente documentado en piezas costarricenses y se conoce como dorado por oxidación.

Muchas piezas pueden tener pequeñas cantidades de plata, pero es normal que muchas de las fuentes naturales tengan estas cantidades en su estado natural. Análisis especializados de piezas costarricenses, indican relativa heterogeneidad en la composición de piezas provenientes de regiones determinadas lo cual implica que el material o las piezas terminadas circulaban de región a región y puede suponerse que podía recorrer grandes distancias.

Simbolismo de los objetos de oro

La iconografía es rica en representaciones que no necesariamente emulan símbolos locales expresados en la cerámica, piedra u otros medios, sino que se basan en repertorios latentes de alcance pan-regional.

Se dice que el oro tenía además una fuerte connotación esotérica para los prehispánicos, tanto como el valor para expresar rango social. Esto queda ilustrado en los pendientes, las narigueras con imágenes recurrentes de aves (generalmente de rapiña) con una o varias cabezas y alas extendidas; batracios o animalillos cuadrúpedos de colas levantadas también proliferan, pero, especialmente, de chamanes y guerreros embestidos de atuendos adoptando las habilidades y comportamiento de saurios y murciélagos.

Base de datos

El Departamento de Antropología e Historia del MNCR maneja un inventario digitalizado de las colecciones de objetos de oro del país, organizado a nivel de sitio arqueológico, el cual muestra procedencia específica y descripción del artefacto. La particularidad de cada pieza ofrece información invaluable porque proviene de contexto, por los cual aplica en mayor medida para estudios composicionales de las piezas en relación a su origen y antigüedad.