NUESTRO VENADO COLA BLANCA
El venado cola blanca (Odocoileus virginianus) es uno de los mamíferos mayores de la fauna de Costa Rica. Se encuentra en gran parte de América desde el sur de Canadá y Estados Unidos hasta Bolivia, las Guayanas y el norte Brasil. En Costa Rica, habita en áreas como el Pacífico Norte (Guanacaste y norte de Puntarenas), también el Pacífico Central (Parque Nacional Carara) e incluso por la región Caribe (alrededores de la estación biológica La Selva). Solo el macho presenta astas (conocidas como cachera, cuernos o cachos). Las crías tienen un pelaje de manchas que les ayuda a mezclare con el ambiente para su protección. Se alimenta de una gran variedad de plantas y frutos. Habita en bosques secos, potreros arbolados, matorrales y bosques secundarios.
LE DICEN CABRO, PERO NO ES UNA CABRA
… a pesar de ese nombre común, no es del grupo de las cabras, sino un familiar del venado cola blanca.
Otra especie de venado que encontramos en el país es el cabro de monte (Mazama temama), que, a pesar de ese nombre común, no pertenece al grupo de las cabras, sino que es un familiar del venado cola blanca. A diferencia de este último, el cabro de monte presenta una cornamenta más simple, de solo una punta; posiblemente una adaptación a su medio más selvático. Además, su color suele ser mucho más rojizo y tiene un tamaño menor.
Cabro de monte (Mazama temama). Ilustración: MNCR, Lisa Sánchez Aguilar
En Costa Rica, el cabro de monte habita zonas más selváticas y altas que el venado cola blanca, pues llega, por ejemplo, al páramo del Cerro de la Muerte, a los bosques de las zonas bajas del Caribe, a la Península de Osa y a otras zonas similares. Es más dependiente del bosque que su pariente. Se alimenta de frutos y materia vegetal. La historia natural de ambas especies es interesante y se conoce más del venado cola blanca, pero en esta ocasión trataremos aspectos de su historia cultural en referencia a Costa Rica.
Cráneo de cabro de monte mostrando sus características astas de una punta. Colección del Museo Nacional de Costa Rica. Fotografía: MNCR, F.J. Durán
VIAJEROS, CRÓNICAS POR COSTA RICA Y VENADOS
Los alemanes Scherzer y Wagner lo mencionan en su libro Costa Rica en la América Central durante su viaje entre 1853 y 1854. Señalan, con el conocimiento de esos tiempos, que “los venados, cerdos almizcleros y antílopes se encuentran en manadas enteras”.
Las crónicas de los primeros viajeros en una Costa Rica, todavía poco explorada, han dejado notas de gran valor sobre la fauna, la flora, la gente y las impresiones de estos exploradores. El venado no podía faltar en estos escritos. Los alemanes Scherzer y Wagner lo mencionan en su libro Costa Rica en la América Central durante su viaje entre 1853 y 1854. Señalan, con el conocimiento de ese entonces, que “los venados, cerdos almizcleros y antílopes se encuentran en manadas enteras”. Stephens, en 1841, también dedica algunas líneas al venado: “por la tarde conté desde la casa diez y siete venados y Don Manuel me dijo que tenía un contrato para suministrar dos mil pieles de estos animales… A medida que avanzaba la tarde, era mayor el número de venados, y estoy seguro de poder decir que vi cincuenta o sesenta, muchos de ellos a tiro de rifle…”. Esto ilustra que el venado frecuentaba la zona del Pacífico seco.
La presencia de venados en las sabanas secas del noroeste del país llamó la atención de los viajeros. Fotografía: MNCR, F.J. Durán
Un aspecto por considerar es que la exportación de cueros de venado desde Costa Rica había alcanzado una especie de auge entre 1906 y 1910 (de 15 000 a 20 000 kilos de pieles al año). De ese modo la exportación de cueros de venado fue una actividad lucrativa en Costa Rica. Los destinos eran, principalmente, Estados Unidos, Inglaterra y Francia. Además, en España el uso del cuero fue común para elaborar diversos productos, como zapatos, vainas de espadas y sillas de montar.
En las sabanas del noroeste aún es posible observar grupos de venados, al igual que lo hicieron viajeros de siglos anteriores. Fotografía: MNCR, F.J. Durán
INDÍGENAS Y VENADOS: EL QUE LE DIO FORMA AL MUNDO
Su capacidad de botar y renovar las astas lo ha convertido en muchas culturas en una especie de símbolo del renacer o regeneración.
Si para los viajeros y europeos residentes el venado fue importante, lo fue aún más para los primeros pueblos costarricenses y habitantes de América. Era fuente de alimento y vestimenta; incluso, su representación en el arte indígena se considera notable. Los cronistas españoles mencionan que los indígenas cazaban muchos venados, pero su aprovechamiento era casi total de acuerdo con los escritos. El cuero se usaba en calzado, los huesos para ornamentación y con las púas de los huesos se confeccionaban peines.
Escultura de roca caliza proveniente de la región del Diquís, Pacifico Sur, colección del Museo Nacional de Costa Rica. Fotografía: MNCR, F.J. Durán
El venado también formó parte de la cosmovisión indígena. Su capacidad de botar y renovar las astas lo ha convertido en muchas culturas en una especie de símbolo del renacer y la regeneración. En las leyendas bribris, el venado tiene un papel en la creación del mundo, pues le dio a la tierra la forma circular: Dios cortó un gran árbol y le ordenó al venado tomar el tronco y dar la vuelta, dándole así la forma esférica al quedar la tierra adentro y el mar en las ramas, afuera. Además, partes del cuerpo del venado eran consideradas de propiedades medicinales entre los cabécar y los bribris.
Las astas de venado cola blanca del macho han sido consideradas símbolo de regeneración por diferentes culturas. Colección del Museo Nacional de Costa Rica. Fotografía: MNCR, F.J. Durán
Dentro de un plano más oscuro, se ha descrito un venado mitológico llamado Tulìbetkala, con una sola pata y es uno de los encargados de castigar los casos de incesto. En algunos casos, posiblemente la mitología del área de Talamanca hizo más referencia al cabro de monte, pues el venado habitó zonas menos selváticas antes de la intensa deforestación que se dio en el país.
VENADOS, SÍMBOLOS, SABANEROS Y PRESIDENTES
Al ser una especie frecuente en zonas abiertas, como las sabanas del noroeste, es natural que tenga una presencia relevante. En de la monta de toros guanacasteca se torea o “vaquetea” con un pedazo de cuero (llamado vaqueta), el cual era de cuero de venado. Así también, el folclorista Carlos Arauz nos cuenta, en su libro Mi Guanacaste Lindo, que “cuando llueve y hace sol al mismo tiempo se dice que están pariendo las venadas”.
En el siglo XIX, un presidente mostró interés en el venado, sea la causa que sea, pues según Luko Hilje en su libro, Don Juan Rafael Mora y las ciencias naturales en Costa Rica, el 16 junio 1854 el presidente Juan Rafael Mora firmó un decreto para prohibir por cinco años la caza de venados en la provincia de Moracia, antiguo nombre de Guanacaste.
Aunque no se considera una especie amenazada en el mundo, si en Costa Rica se intensificara la cacería, se podría poner en riesgo la especie. Otras amenazas son del venado es la pérdida de hábitat. La protección y el conocimiento de estos interesantes animales son importantes para que este símbolo no se convierta en difícil de ver. Apreciemos y valoremos al venado con orgullo.
El venado es parte importante de nuestra identidad, al ser declarado símbolo nacional el 2 de mayo de 1995, mediante la Ley N.° 7497. Además, tal vez todos los días lo vemos, pero no lo notamos, pues está impreso en los actuales billetes de 1000 colones.
Referencias
- Araúz, C. (2004). Mi Guanacaste lindo. Diccionario de citas, términos y expresiones de mi tierra sabanera. San José, edición privada.
- Hilje, L. (2015). Don Juan Rafael Mora y las ciencias naturales en Costa Rica. Editorial Universidad Técnica Nacional (EUTN).
- Jara Murillo, C. y García Segura, A. (2011). Diccionario de mitología bribri. EUCR.
- Mora B., J. M. (2000). Mamíferos silvestres de Costa Rica. Editorial EUNED.
- Stephens, J. L. (1982). Incidentes de viaje en Centroamérica, Chiapas y Yucatán. En Fernández Guardia, R. Costa Rica en el siglo XIX (pp. 47-102). Editorial Universitaria Centroamericana, CSUCA.
- Stocker, K. (1995). Historias Matambugueñas. Editorial EUNA.
- Wagner, M. y Scherzer, C. (1974). La República de Costa Rica en la América Central, Tomo I. Ministerio de Cultura Juventud y Deportes.
- Wainwright, M. (2007). The mammals of Costa Rica, A natural history and field guide. Zona Tropical Publication, Comstock Publishing Associates, Cornell University Press.









