La fascinación del ser humano por los insectos más llamativos de la naturaleza despertó la iniciativa de reproducir mariposas en cautiverio para su exhibición en jardines cerrados, y la elaboración de artesanías, entre otros. Esta actividad se transformó en un lucrativo negocio dentro y fuera de Costa Rica.
En el país, la reproducción de mariposas con fines comerciales tiene más de treinta años de haberse iniciado en manos de familias de campesinos y con la asesoría y seguimiento de biólogos regentes y funcionarios del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC). Esta actividad requiere del conocimiento previo de la biología, los nombres científicos de las mariposas y de las plantas con las que se relacionan. Además, es necesario contar con un mariposario con condiciones físicas y biológicas específicas y aptas para que las mariposas se reproduzcan.
EL MARIPOSARIO
El mariposario debe presentar condiciones físicas y biológicas adecuadas para la reproducción de las mariposas, según lo especificado en el plan de manejo que se haya diseñado para cada proyecto.
Estos espacios pueden tener diferentes diseños, pero básicamente consiste en un espacio cerrado con sarán, que contiene las plantas que necesita cada especie de mariposa (hospederas y productoras de néctar), y garantizan la accesibilidad de forma segura cuando se combine con fines turísticos.
Las mariposas se venden en estado de pupa a exportadores locales que las comercializan en el extranjero, y una pequeña parte se exhibe en jardines locales o se utiliza para la elaboración de artesanías.
Vista de un mariposario en donde se aprecian las plantas hospederas y productoras de néctar, así como la estructura de cerramiento que permite el ingreso de aire, luz y lluvia; y mantiene a los ejemplares controlados y a la vez protegidos de depredadores.
En Costa Rica la reproducción de mariposas con fines comerciales dentro de mariposarios empezó a desarrollarse hace más de treinta años, principalmente en la vertiente Atlántica.
IMPORTANCIA ECONÓMICA Y SOCIAL
Las mariposas reproducidas en los zoocriaderos costarricenses los intermediarios locales las compran en forma de pupas, quienes las exportan a los Estados Unidos, Rusia, Alemania y Emiratos Árabes Unidos, para exhibirlas principalmente en mariposarios.
Desde el punto de vista socioeconómico, la producción y exhibición de pupas de diferentes especies de mariposas han representado y continúan siendo alternativas de subsistencia para personas de escasos recursos, con mayor involucramiento de personas del sector campesino; principalmente, en la vertiente Atlántica de Costa Rica. Sin estas personas, este negocio no sería lo que es, considerando que se necesitan muchos productores para suplir la demanda internacional del producto.
Se estima que unas 400 familias de costarricenses viven exclusivamente de la venta de mariposas en estado de pupa, y de acuerdo con datos de la Promotora de Comercio Exterior (PROCOMER) al cierre del año 2019, se contabilizó la suma de 3 161 830 dólares por concepto de mariposas en estado de pupa exportadas a los países anteriormente mencionados. En Costa Rica, hasta el momento hay seis empresas dedicadas a la exportación de pupas.
EXHIBICIONES LOCALES
En algunos lugares de Costa Rica, incluyendo hoteles, se han desarrollado jardines de mariposas que tienen como única finalidad la exhibición. Para esto, cuentan con personal especializado que hace las visitas guiadas dentro del jardín.
Visita guiada en un jardín de exhibición de mariposas.
ARTESANÍAS
En las ventas de recuerdos de viaje en áreas turísticas incluyendo la capital, es común ver cuadros, jarrones, bisutería y otras artesanías hechas con alas de mariposas reproducidas en zoocriaderos. En Costa Rica hay tres empresas dedicadas a la elaboración de artesanías con mariposas.
Artesanías elaboradas con mariposas. Fotografía: German Vega, MNCR.
DE LA MANO CON EL BOSQUE
Debido a que la economía local y los negocios vinculados a los mariposarios dependen enteramente de los bosques donde se encuentran las mariposas y plantas —su hábitat natural—, se han realizado procesos de sensibilización con la población que vive en las áreas silvestres. Esto, con el fin de concientizar sobre la importancia de conservar y proteger estos bosques.
Bosque en regeneración junto a mariposario de producción (Guanacaste). Fotografía: Ernesto Rodríguez.
DIVERSIDAD E INVESTIGACIÓN
Hasta el momento se han registrado en Costa Rica 95 especies de mariposas que son reproducidas en mariposarios. Todas pertenecen a las familias Papilionidae, Pieridae y Nymphalidae, siendo esta última la de mayor diversidad. Esta cantidad de especies representa apenas el 16 % de las especies de mariposas diurnas informadas para Costa Rica de estas tres familias, lo que abre la posibilidad de que otras especies sean utilizadas con estos fines. Gracias a la investigación que se realiza en el Museo Nacional de Costa Rica y otras instituciones afines, se está generando el conocimiento necesario que permitirá diversificar la crianza y el uso de estos organismos en mariposarios, así como su conservación al conocer mejor su historia natural. Entre estas especies están Anetia thirza, Baeotus baeotus, Ganyra phaloe y Prrhibris pyrrha.
Anetia thirza. Fotografía: German Vega, MNCR.
CENTRO DE CONSULTA
Las diferentes especies de mariposas utilizadas con fines comerciales y sus plantas hospederas están representadas en las colecciones de Entomología y del Herbario Nacional de Costa Rica del Museo Nacional, donde se pueden consultar físicamente o en línea a través la base de datos, que está a disposición del público en la dirección https://biodiversidad.museocostarica.go.cr
Estudio e identificación de mariposas en el Departamento de Historia Natural del Museo Nacional de Costa Rica. Fotografía: Archivo, MNCR.
Referencias
- Chacón, I. & J. Montero (2007). Mariposas de Costa Rica. 1ed. Santo Domingo, Heredia, Costa Rica: INBio.
- Montero, J. (2007). Manual para el manejo de mariposarios. 1ed. Santo Domingo, Heredia, Costa Rica: INBio.
- Rojas, C. & R. Murillo (eds.) (2020). Estado actual del sector de productores de mariposas y sus actividades asociadas. Revista de la Asociación Costarricense de Lepidepterología (2):23-27.