Historia natural
Cazadores multifacéticos

Cazadores multifacéticos
La mayoría son cazadores solitarios, a excepción de los leones africanos (Panthera leo) que cazan y viven en grupos familiares.
Los felinos cazan una amplia gama de presas desde pequeños animales hasta grandes mamíferos, pero pueden existir ciertas diferencias en sus presas, y estas pueden variar de acuerdo con la zona o la disponibilidad de recursos. El jaguar si bien se concentra en presas de gran tamaño, también puede capturar pequeños animales. Entre sus principales están los chanchos de monte (Tayassu pecari), saínos (Dicotyles tajacu), cabros de monte (Mazama temama), venados (Odocoileus virginianus), zorros pelones (Didelphis marsupialis), grandes roedores como la guatusa (Dasyprocta punctata) u otros animales como iguanas o aves como pavones (Crax rubra) y pavas (Penelope purpurascens). Pero también puede buscar tortugas marinas cuando estas salen a la playa, o pescar en los ríos peces y hasta caimanes. En una región de la Amazonia brasileña los caimanes (Caiman crocodilus y Melanosuchus niger) pueden llegar a ser una presa importante. Incluso el manigordo ha sido registrado como presa del jaguar en Talamanca.
El puma también es muy variado, puede cazar grandes presas como el jaguar, pero también se puede concentrar en mamíferos medianos, incluso durante el día cazar animales como pizotes (Nasua narica) y algunas especies de monos como se ha registrado en Península de Osa o el Parque Nacional Santa Rosa.
El manigordo por su parte se concentra en presas de menor tamaño como la rata gigante de selva, el zorro pelón, la guatusa (Dasyprocta punctata) y posiblemente el tepezcuintle (Cuniculus paca). En algunos sitios como selvas de Brasil se ha registrado a los monos como presas importantes de esta especie y también del puma.
Los felinos más pequeños buscan presas de menor tamaño como ratas, ardillas, ratones, aves y pequeños reptiles.
Reproducción

Reproducción
Los felinos pueden variar en cuanto a aspectos reproductivos como los meses de gestación o embarazo y el número de cachorros que nacen. Es posible que factores externos del medio donde viven influyan en tales diferencias, como disponibilidad de recursos alimenticios o estado del individuo (silvestre o cautiverio). En todo caso las madres de los felinos son dedicadas y las crías permanecen por bastante tiempo a su lado.
Los felinos menores como el manigordo, el caucel, el jaguarundi y la oncilla suelen tener periodos de gestación de entre 2 y 3 meses, dependiendo de la especie. Las camadas pueden variar, pero al parecer lo usual es que nazcan 1 o 2 cachorros, aunque podrían nacer más de forma menos frecuente.
En el caso de los grandes gatos: el jaguar y el puma, sus gestaciones rondan al menos entre los 3 meses y 3 meses y medio. De nuevo, aunque las camadas pueden variar en número, incluso se reporta de hasta 6 cachorros en el caso del puma; lo usual es entre 1 o 2 crías, tal vez 3 de forma ocasional.
La permanencia de los cachorros junto a la madre también puede variar en menor o mayor medida. Al menos en el caso de los 3 mayores, jaguar, puma y manigordo, los jóvenes pueden permanecer cerca de la madre por períodos de hasta 1 o 2 años. En el caso del jaguar hasta un poco más.
Cachorro de puma. Foto: Esther Pomareda, Centro de Rescate Las Pumas
Comportamiento

Comportamiento
Nuestros felinos generalmente se consideran nocturnos, pero en realidad pueden estar activos en muchas horas del día. Posiblemente serán más nocturnos en áreas con presión o mucha presencia humana. Sus ojos presentan pupilas estrechas oscuras que se ensanchan ante la falta de luz, lo que facilita su visión nocturna. Son solitarios por lo general excepto en períodos reproductivos o cuando se trata de una madre con sus cachorros. Marcan su territorio con señas como orina en superficies, rascado de árboles o heces en lugares específicos. Los felinos en general utilizan el lenguaje corporal para expresiones de ánimo, lo que incluye la posición de las orejas, los ojos, los bigotes y la cola.
Algunos poseen menos tolerancia que otros a la perturbación humana de su hábitat. Entre estos parecen estar el jaguar, el tigrillo y el caucel. El león breñero o jaguarundi por el contrario posee más capacidad de tolerar la alteración de su hábitat. Sin embargo, conforme avanza la urbanización y la frontera agrícola es más frecuente que algunas especies como el manigordo o el puma se vean en áreas cerca de poblados ya sea de paso o buscando presas como gallinas o perros.
Al igual que sus pequeños parientes domésticos, los felinos silvestres marcan sus áreas de paso con orina o incluso raspando troncos de árboles con sus uñas. Pueden tener lugares fijos donde periódicamente depositan sus heces, aunque en Costa Rica por el momento, solo se ha documentado en el manigordo sitios que se conocen como letrinas, defecaderos o “cagaloteros”, incluso usadas por varios individuos y hasta visitadas por otras especies animales. Asimismo, pueden aprovecharse de edificaciones humanas para ir a depositar sus heces como lo hacía un manigordo en una caseta sin uso en el sector El Ceibo del Parque Nacional Braulio Carrillo.
Aunque todos pueden ser buenos trepadores, y pueden hasta cazar en las ramas de los árboles, esto es más notable en el ágil caucel. Incluso en América del Sur se ha registrado un individuo imitando vocalizaciones de monos tamarinos, para atraerlos y presuntamente intentar cazarlos. Se dice de forma popular que los gatos “odian” el agua, pero entre nuestros felinos un gran nadador es el jaguar y hasta puede cazar algunas presas en el agua.
Las presas de buen tamaño son trasladadas a un lugar seguro para ser devoradas. Incluso al menos para las dos especies más grandes, una presa considerable puede ser visitada varias veces, tal es el caso de tortugas marinas depredadas por jaguares en Osa.
Si bien son ágiles habitantes del bosque, los felinos aprovechan los senderos hechos por los humanos en estos hábitats, por lo que a menudo las cámaras trampa toman videos de individuos utilizando una y otra vez estos pasos.







