Costa Rica posee una riqueza considerable de cactus, con 35 especies, lo cual representa un 32% de las especies presentes en la región de Mesoamérica.
Costa Rica

Mesoamérica

América

Mundial

La familia Cactaceae incluye 127 géneros y entre 1438 y 1800 especies, todas originarias de América. La mayor diversidad se presenta en el desierto de México, el sureste de EE.UU., la región central de los Andes y el sureste de Suramérica. A nivel de países, México contiene la mayor diversidad del grupo con más de 600 especies, seguido de lejos por Brasil (aprox. 260 sp), Argentina (aprox. 220 sp), Estados Unidos (150-200 sp) y Perú (aprox. 120 sp).
Costa Rica, por su parte, registra una diversidad de 35 especies de cactus nativos, lo cual equivale a un 32% de la riqueza que hay en la región Mesoamericana (108 sp).
En relación con su abundancia o rareza en el país, entre las especies más abundantes se encuentran:
Acanthocereus tetragonus, Epiphyllum cartagense, Epiphyllum hookeri, Marshallocereus aragonii, Opuntia guatemalensis, Pseudorhipsalis himantoclada, Rhipsalis baccifera, Selenicereus costaricensis y Weberocereus tunilla.
Por otra parte, entre las especies más escasas o poco abundantes están: Epiphyllum columbiense (conocida de solamente tres localidades y pocas recolecciones), Mammillaria columbiana (conocida de una sola población en el país), Pseudorhipsalis lankesteri (especie endémica, conocida de solamente cuatro recolecciones), Selenicereus haberi (recientemente descrita, endémica y solo conocida de la cordillera de Guanacaste) y Weberocereus frohningiorum (solo conocida en acantilados rocosos y menudo sobre rocas calizas al norte de la cordillera de Talamanca).
Especies distintivas
Entre las especies presentes en el país hay algunas con características muy particulares que las hacen únicas y distintivas de otras especies. Entre ellas están: Acanthocereus hirschtianus: único cactus del país con tallos generalmente rastreros, cilíndricos y acostillados, Acanthocereus tetragonus: única especie de la familia con tallos polígonos y alados, Deamia testudo: distintiva por su epidermis quebradiza y formando grietas en forma de telaraña y por considerarse la única especie mirmecófila de la familia debido a la presencia de nidos de hormigas debajo de sus tallos, Epiphyllum thomasianum: muy distintivo por sus tallos planos relativamente suaves y esponjosos al tacto, muy similares a hojas verdaderas por su posición horizontal y por sus flores adpresas (y eventualmente péndulas) a la superficie de las láminas del tallo, Marshallocereus aragonii: única especie nativa arborescente y columnar, Melocactus curvispinus: única especie nativa con las flores concentradas en el ápice de los tallos sobre una corona densamente lanuda (cephalium) y Pereskia lychnidiflora única especie nativa con hojas macroscópicas y foliáceas (con una lámina desarrollada).
Especies introducidas
Además de las especies nativas, en Costa Rica se ha introducido desde otros países una gran cantidad de especies de cactus, principalmente con fines ornamentales. Entre ellas se encuentran Brasiliopuntia brasiliensis (nativa de Perú, Bolivia, el este de Brasil, Paraguay y el norte de Argentina), Epiphyllum pumilum (originaria de México, Guatemala y Honduras), Cereus hexagonus (procedente de Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y el norte de Brasil), Opuntia cochenillifera (especie nativa de México), Opuntia ficus-indica (tuna, posiblemente nativa de México), Pereskia aculeata (probablemente originaria de Perú, Bolivia, Venezuela, Trinidad y Tobago, las Guayanas, Brasil, Paraguay, Argentina y las Antillas), Pereskia bleo (nativa del este de Panamá y Colombia), Pereskia grandifolia (nativa del Este de Brasil), Pilosocereus leucocephalus (Cardón, originario de México hasta Nicaragua),
Schlumbergera truncata (Bailarina, procedente del sureste de Brasil); Selenicereus anthonyanus (nativa del sur de México hasta Honduras) y Selenicereus undatus (Pitahaya, probablemente originaria del norte de Mesoamérica o, al menos, del sur de México).
Aunque en Costa Rica no se han registrado problemas ambientales asociados a la introducción de especies de cactus, en países del viejo mundo como Australia, España, Sudáfrica, Kenia, algunas especies de cactus se han convertido en verdaderas plagas, principalmente de los géneros Opuntia y Cylindropuntia (ej. Opuntia ficus-indica, O. maxima, O. monacantha, O. stricta, Cylindropuntia fulgida), ocasionando impactos severos en los ecosistemas, la biodiversidad y las economías locales.
























