UN CLAVO FORJADO DE LA COLECCIÓN HISTÓRICA DEL MUSEO

La recuperación científica de objetos del pasado puede darnos pistas sobre la tecnología de nuestros antepasados y entender asimismo sus saberes culturales.

En el Sitio Nicoya (Sit. G-114 Nc), provincia de Guanacaste, se han realizado excavaciones controladas y se han recuperado diversos objetos y artefactos de la época colonial. Entre estos un clavo de aproximadamente 10 cm de largo, cuyo material metálico empezó a desestabilizarse y a sufrir oxidación. Para su restauración se utilizó la técnica de electrodeposición de hierro.

El Sitio Nicoya

En los alrededores de la Ermita de San Blas de Nicoya, Guanacaste, se ubica el Sitio Nicoya, donde se han hecho excavaciones desde la década de los 80; y entre los años 2015 y 2017 se recuperó una serie de objetos de la época colonial.

De ese acerbo se eligieron varios bienes para ser exhibidos en la sala permanente de Historia de Costa Rica del Museo Nacional de Costa Rica. Esta selección incluyó un clavo de aproximadamente 10 cm de largo, forjado a mano y de cabeza rectangular, con vetas de colores negro-rojizas y textura rugosa.

Un simple clavo oxidado puede mostrar los métodos de manufactura y tecnología utilizados en el pasado.

Ermita de San Blas de Nicoya 2011

Ermita de San Blas de Nicoya. Fotografía de Arnaldo Rodríguez Espinoza, 2011.

Estado de Conservación del clavo

La oxidación, a nivel molecular, es la pérdida de electrones mientras que la ganancia de estos se llama reducción. El proceso de reducción es muy importante para poder restituir la estabilidad del material.

Registro clavo sin restaurar

Imagen de registro, clavo sin restaurar. Fotografía: Alonso Silva González. MNCR.

El hierro del clavo empezó a desestabilizarse dentro de la vitrina de exposición. En el caso de este metal, la corrosión es un producto del proceso de oxidación que sufre el material, pulverizándose lentamente, mientras se convierte en óxido ferroso debido a la humedad presente en el aire.

Los procesos de corrosión pueden degradar la pieza por completo. El hierro tiene la capacidad de formar diversos compuestos oxidados. Estos presentan una variada gama de colores que va desde el blanco hasta el negro intenso, pasando por diversas tonalidades naranjas, rojas, marrones y verdes. En el objeto pueden verse varios tonos de color que podrían relacionarse con su estructura química.

Corrosión en el clavo y sus distintos colores

Detalle de los subproductos de corrosión y sus distintos colores.
Fotografia: Alonso Silva González. MNCR.

Registro clavo sin restaurar

Fotografía de registro, clavo sin restaurar. Fotografía: Alonso Silva González. MNCR.

La electrodeposición

Debido a la extrema fragilidad del clavo, la intervención debió de hacerse evitando la manipulación manual por completo. Por eso, el procedimiento electroquímico permitió solucionar el problema de oxidación sin manipular el objeto y llevar el metal a una zona de inmunidad, donde termodinámicamente no es posible la corrosión.

El procedimiento consolidó las partes otorgando un oscurecimiento al material. Con la protección catódica se consiguió eliminar todas las zonas donde se llevaron a cabo procesos de oxidación.

Diagrama de tanque con el objeto suspendido al centro

Diagrama de tanque con el objeto suspendido al centro. Dibujo: Arce Fonseca, M. 2020.

La electrodeposición es un método electroquímico desarrollado dentro de una solución electrolítica. El sistema permite que una corriente eléctrica estimule la migración de electrones desde el extremo positivo de la celda llamada ánodo (hierro sano), hacia el extremo negativo llamado cátodo (objeto oxidado). Es decir, que haya una reducción de electrones en el cátodo, recibiendo un flujo de cationes saludables en el material dañado. Este proceso se conoce como difusión.

Superficie molecular del objeto durante el proceso de difusión

Superficie molecular del objeto durante el proceso de difusión. Dibujo: Arce Fonseca, M. 2020.

Procedimiento de Restauración

En la reconstrucción del objeto se usó pegamento de cianocrilato y se resanó con una mezcla de este  pegamento y bicarbonato de sodio.  Finalmente, el tratamiento de color se hizo con pinturas a la témpera.

El fluido electrolítico para el procedimiento fue una solución de agua desmineralizada y bicarbonato de sodio(NaHCO3). En la reconstrucción del clavo se usó pegamento de cianocrilato.

Este pegamento es retráctil, transparente, poderoso y de secado rápido. Se alinearon los fragmentos del clavo en su lugar con el adhesivo, reconstituyendo la forma esencial del bien.

Objeto durante proceso

Objeto al principio del procedimiento. Fotografía: Alonso Silva González. MNCR.

Objeto proceso electrolítico avanzado

Objeto proceso electrolítico avanzado. Fotografía: Alonso Silva González. MNCR.

Fragmento del metal estabilizado

Fragmento del metal estabilizado, una vez fuera de la celda de electrólisis. Fotografía: Alonso Silva González. MNCR.

Una vez armado, quedaron lagunas vacías producto de la delicada condición del objeto. Para resanarlas se usó una mezcla de pegamento de cianocrilato con bicarbonato de sodio. Esta pasta reforzó las áreas fracturadas del clavo nivelando y fortaleciendo el bien.

La siguiente fase fue la reintegración cromática, que se hizo mediante puntillismo, técnica utilizada ampliamente en la restauración de arte y bienes culturales en general. Se usó pintura a la témpera.

La aplicación de color se efectuó solamente sobre las áreas resanadas, nunca sobre la superficie del bien. Es decir, la pintura se aplicó únicamente sobre la mezcla de pegamento de cianocrilato y bicarbonato de sodio.

Por último, el clavo se calentó levemente y se recubrió superficialmente con una emulsión cerosa que lo protege de las condiciones ambientales.

 

Clavo restaurado

Clavo restaurado. Fotografía: Alonso Silva González. MNCR.

El desarrollo de los procesos electroquímicos en la ciencia y eventualmente en la restauración tienen un origen profundo y lejano, relacionado precisamente a la antigua búsqueda de quehaceres mágicos. Fueron probablemente las técnicas de los mineros y herreros, y su entendimiento mitológico del universo, lo que dio lugar a las primeras operaciones alquímicas que intentaban explicar un mundo oculto de energías invisibles. La relación entre la electricidad y los metales es infinita y ha existido siempre.

También es significativo subrayar la capacidad del ser humano de las sociedades arcaicas de insertarse en lo sagrado mediante la elaboración su propio trabajo. Estas experiencias se han transmitido por generaciones gracias a los secretos del oficio. Los procesos de conservación buscan preservar el producto de estas experiencias ancestrales, permitiéndole a los observadores e investigadores acceder de alguna forma al pasado y a la historia de los seres humanos.

Clavo restaurado

Clavo restaurado. Fotografía: Alonso Silva González. MNCR.

Clavo restaurado. Fotografía: Alonso Silva González. MNCR.

Clavo restaurado. Fotografía: Alonso Silva González. MNCR.


Descargue el artículo completo: Restauración electroquímica en el hierro – Intervención potenciostática en un clavo de hierro forjado (Sit. G-114 Nc) de la Colección Histórica del MNCR, con la descripción detallada de este proyecto.

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Referencias

  • Bocalandro Rodríguez, A. (Agosto 2010). Estabilización de objetos metálicos de procedencia subacuática por métodos electroquímicos. España: Revista del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, N° 76, 78-89.
  • Brandi, C. (1963). Teoría de la restauración. España: Alianza Forma Editorial.
  • Castaño, J.G, y Arroyave, C. (Abril 1997). La funcionalidad de los óxidos de hierro. Colombia: Revista de metalurgia de la Universidad de Antioquía, Medellín. http://revistademetalurgia.revistas.csic.es
  • Díaz del Castillo Rodríguez, F. (2008). Lecturas de ingeniería 7, principios de electrodeposición. México: UNAM – Cuautitlán, Laboratorio de Tecnología de Materiales.
  • Eliade, M. (1974). Herreros y Alquimistas. España: Alianza Editorial, S.A.

AUTOR: Alonso Silva González

Técnico en Conservación y Restauración

Departamento de Protección
del Patrimonio Cultural
Museo Nacional de Costa Rica
[email protected]

Publicado el 1 de junio de 2021