¿QUÉ ES EL PÁRAMO Y CUÁL ES SU IMPORTANCIA?

En América, los páramos se distribuyen en regiones de alta montaña desde Ecuador, Colombia y Venezuela, sobre la región de Mérida, hasta Panamá y Costa Rica, siendo este el límite norte.

Este ecosistema consiste en una formación vegetal herbácea-arbustiva donde predominan bambúes enanos, gramíneas, plantas en roseta y arbustos. Tiene gran dependencia de los polinizadores para mantener su equilibrio.

Resulta de gran importancia porque es un ecosistema estratégico global en donde nace el agua dulce que millones de personas beben; además, es un repositorio natural de dióxido de carbono, lo cual ayuda a evitar el calentamiento global. Así mismo, es reserva natural de una gran diversidad de fauna y flora endémicas.

Este ecosistema se encuentra en peligro debido al cambio climático, pues en caso de darse un aumento importante de la temperatura, la fauna no podría trasladarse a otros sitios, al menos en el país, porque su hábitat presenta la altura máxima, así como las temperaturas más bajas a las cuales se encuentran habituados.

Floración de Hypericum costarricense en el páramo

Floración de Hypericum costaricense en el Páramo. Fotografía: M. Cambronero. MNCR

En Costa Rica, el tipo de páramo que se puede encontrar es el subpáramo, piso más bajo y diverso del ecosistema; es una zona transicional entre los 3000 y los 3800 m s. n. m. aproximadamente.

Vegetación tipo gramíneas en el páramo

Vegetación tipo gramíneas en el páramo, Chusquea sp. Fotografía: M. Cambronero. MNCR

Senecio sp vegetación propia del Páramo

Senecio sp vegetación propia del Páramo. Fotografía: M. Cambronero. MNCR

INSECTOS DE LOS PÁRAMOS

Las comunidades de insectos son componentes estructurales importantes en los páramos, pues participan en el mantenimiento y formación del suelo, descomposición de materia orgánica, ciclo de los nutrientes y mantenimiento de complejas redes tróficas, que se dan en los sistemas naturales.

Estos son pequeños animales como: mariposas, moscas, escarabajos, chinches, abejas y avispas, que se han adaptado a las condiciones de este ecosistema con altas temperaturas durante el día y muy bajas por la noche, fuertes vientos, alta exposición a radiación solar, escaso recurso para alimentarse y refugiarse, entre otros.

Mosca, familia Tachinidae, sobre vegetación del páramo

Mosca: familia Tachinidae, sobre vegetación del páramo. Fotografía: M. Cambronero. MNCR

Los insectos se colocan bajo el sol para mantener el calor y se refugian durante la noche para abrigarse del frío; el tronco de las plantas de Chuquea sp. es un excelente refugio.  Algunos se posan sobre las piedras porque guardan el calor del sol; los colores corporales son poco llamativos y permiten semejanzas con la vegetación entre la cual logran esconderse de los depredadores. También se cree que poseen sustancias anticongelantes en la hemolinfa (equivalente a la sangre en mamíferos) y los alados pueden contraer los músculos para generar calor.

Escarabajo (Fam. Curculionidae) sobre gramínea

Escarabajo (Fam. Curculionidae) sobre gramínea. Fotografía: M. Cambronero. MNCR

Las condiciones climáticas difíciles que presenta este ecosistema hacen que haya una menor variedad y cantidad de organismos. El Museo Nacional de Costa Rica tiene el reporte de al menos 150 especies para el páramo.

Muchos de los insectos que podemos encontrar en los páramos son polinizadores de cultivos como el durazno y las moras. Algunos son carroñeros y descomponedores de materia orgánica que ayudan en la formación y mantenimiento de los suelos, y otros parasitoides que colaboran en el control biológico de plagas.

Las características propias de los páramos permiten condiciones en las cuales la entomofauna logra un alto grado de endemismo; es decir, se encuentran especies que solo se pueden ubicar ahí.

Ejemplar de abeja polinizadora Apis mellifera

Ejemplar de abeja polinizadora Apis mellifera. Fotografía: A. Duarte. MNCR

Muchos de los insectos del páramo son importantes polinizadores.

DIVERSIDAD DE INSECTOS EN EL PÁRAMO DE COSTA RICA

Los insectos en los páramos no son tan diversos en cantidad de especies como en otros ecosistemas; sin embargo, debido a que la mayoría se adapta a sus condiciones extremas, hay un alto nivel de endemismo. De estos, los escarabajos (coleópteros), las moscas (dípteros), las mariposas (lepidópteros) y las hormigas, abejas y abejorros (himenópteros) tienen una buena representación en el ecosistema y pueden ser considerados los más importantes en términos de riqueza de especies y abundancia de individuos con respecto al resto de órdenes de insectos. En época de floración, la diversidad se triplica en relación con otras épocas del año.

Mariposa (Lapidoptera), refugiándose durante el día

Mariposa (Lapidoptera), refugiándose durante el día. Fotografía: A. Duarte. MNCR

En los páramos de Costa Rica se pueden encontrar insectos de casi todos los grupos. En las colecciones del Museo Nacional de Costa Rica se cuenta con un registro de 150 especies clasificadas a este momento, que pertenecen, entre otros, a los chinches y chicharritas del Orden Hemiptera; por ejemplo: los miembros de las familias Reduviidae y Miridae. También escarabajos o abejones de las familias: Carabidae, Curculionidae, Staphylinidae, Elateridae, Tenebrionidae, Lycidae, entre otras; con respecto a las moscas, mosquitos, zancudos y purrujas del Orden Diptera se pueden encontrar miembros de las familias: Tipulidae, Tachinidae, Phoridae, Syrphydae y Calliphoridae. Igualmente hay hormigas, avispas y abejas del Orden Hymenoptera, tales como miembros de las familias: Formicidae, lchncumonidae, Pompilidae y Apidae; además de mariposas y polillas del Orden Lepidóptera, como los de las familias: Geometridae, Pieridae, Satyridae y Saturnidae.

Panal de Hymenoptera, en el Páramo, Costa Rica

Panal de Hymenoptera, en el Páramo, Costa Rica. Fotografía: M. Cambronero. MNCR

El páramo más grande el mundo está en Colombia.

Costa Rica posee 152 kilómetros cuadrados de páramos distribuidos en la Cordillera de Talamanca y el Cerro de la Muerte.

Abeja polinizadora Bombus ephippiatus, común en el Páramo

Abeja polinizadora Bombus ephippiatus, común en el Páramo. Fotografía: A. Duarte. MNCR

Ejemplar (Cicadellidae) sobre vegetación

Ejemplar (Cicadellidae) sobre vegetación. Fotografía: A. Duarte. MNCR

Mosca Eristalis sp.(Syrphidae), importante polinizador

Mosca Eristalis sp.(Syrphidae), importante polinizador. Fotografía: A. Duarte. MNCR

Ejemplar del Orden Hymenoptera sobre una flor

Ejemplar del Orden Hymenoptera sobre una flor

LA POLINIZACIÓN EN LOS PÁRAMOS A TRAVÉS DE LOS INSECTOS: UN SERVICIO ECOSISTÉMICO

La polinización o transferencia de granos de polen de la parte masculina de una flor a la parte femenina de otra, es esencial. Sin este proceso reproductivo, el 80 por ciento de todas las especies de plantas con flor no sobrevivirían.

El páramo no es la excepción y a pesar de lo inhóspito que puede parecer encontramos polinizadores como las moscas, afines a ciertas plantas; por ejemplo, la especie Sericomyia fairmanorum, asociada a las plantas del género Senecio sp.; otras especies son importantes para las comunidades aledañas, pues polinizan cultivos que son aprovechables para las personas; tal es el caso del durazno y las moras.

Algunos estudios en el páramo de Costa Rica revelan que la abeja Apis mellifera (Hymenoptera: Apidae) es un polinizador durante la estación seca, ya que la temperatura en el día es adecuada, sobre todo con clima despejado. Esa situación es poco común y se atribuye al cambio climático, pues Apis mellifera se encuentra regularmente en sitios de menor elevación.

Ahora bien, en el invierno es común observar al polinizador Bombus ephippiatus (Hymenoptera, Apidae), especie nativa y muy bien adaptada al ecosistema; sin embargo, cuando hay nubosidad total o lluvia, este suele desaparecer temporalmente.

El aporte de los insectos en los procesos importantes como la polinización genera beneficios para todos los seres, especialmente para las personas, sin dejar de lado otras valiosas labores en las que participan.

Apis mellifera obteniendo néctar y polinizando la flor

Apis mellifera obteniendo néctar

PELIGROS QUE ENFRENTAN LOS INSECTOS DE LOS PÁRAMOS

En los páramos, plantas, hongos, líquenes, invertebrados y vertebrados se han adaptado a condiciones extremas: altas temperaturas, radiación solar y lluvias repentinas, bajísimas temperaturas y fuertes vientos, especialmente de noche.

El páramo es un ecosistema frágil y de baja resiliencia, por lo que cualquier cambio drástico del entorno tiene un gran impacto; además el estrés y los disturbios (ya sean humanos o naturales) lo deterioran de manera significativa, por lo que su existencia está siendo amenazada.

Insectos y plantas de los páramos de Costa Rica

Un factor que afecta a los ecosistemas vulnerables es el cambio climático causado por el calentamiento global, que está siendo exacerbado por las actividades antropogénicas. De acuerdo con el Estado del Ambiente (2017), entre los ecosistemas en proceso de deterioro se encuentran los bosques de palmas, los páramos y los manglares.

Los organismos que habitan en el páramo permiten un equilibrio ecológico en el cual se generan diversos servicios beneficiosos para los seres humanos, pero al estar amenazados, los servicios también están en riesgo, tales como almacenamiento, regulación de la calidad y flujos de agua, captura de carbono y limpieza del aire: fotosíntesis, formación de suelos, ciclo de nutrientes y cadenas tróficas, descomposición de desechos y materia orgánica.

Lo anterior nos permite contar con protección contra los rayos UV, regulación de temperatura y lluvias; drenajes naturales, suelos saludables, fértiles y productivos, resistencia de cultivos a enfermedades; sistemas naturales apropiados para investigación y educación.

La vulnerabilidad del páramo es un hecho poco visible debido a su escasa extensión y a que son áreas protegidas (al menos en nuestro país); sin embargo, debemos conservarlos por los grandes aportes al planeta.

Referencias

AUTORAS
Marianela Cambronero Sánchez, entomóloga
Maricelle Méndez Soto, entomóloga

Departamento de Historia Natural
Museo Nacional de Costa Rica
[email protected]
[email protected]

Publicado el 1 de octubre de 2025