LACA DEL ARTISTA COSTARRICENSE MANUEL DE LA CRUZ GONZÁLEZ

Amarillo continuo es una de las últimas obras abstracto-geométricas de Manuel de la Cruz González, expuestas en el salón de honor de la Primera Bienal Centroamericana de Pintura en 1971. El artista donó la pintura al Museo Nacional de Costa Rica en 1976 .

El artista autodidacta y polifacético Manuel de la Cruz González Luján (1909-1986) dedicó una parte de su producción a la abstracción geométrica desde la década de 1950 hasta 1971. Esta tendencia es el resultado de un trabajo de investigación, resuelto de manera racional desde el diseño del plano hasta la selección cromática. Su concepción se rige por un riguroso planteamiento geométrico que responde a su búsqueda de equilibrio y claridad (Alvarado, 1999).

Este artículo ofrece un acercamiento a la pintura Amarillo continuo, que el artista donó al Museo Nacional de Costa Rica (MNCR). Esta consideración se fundamenta en la noción del arte como una forma de expresión que trasmite conocimientos, no solo de la vida interior del artista, sino que está dentro de un circuito comunicativo que requiere de una contextualización espaciotemporal.

ARTE DE VANGUARDIA

González descubrió en la década de los años treinta, a partir de las influencias de las vanguardias europeas de finales del siglo XIX e inicios del XX, que el arte puede expresar el estado del espíritu subjetivo que evocan las cosas, más allá de su aspecto en el mundo natural (Barquero, 1986). En esta línea de pensamiento defendió su consideración de la pintura como invención, la cual aplicó tanto en su obra figurativa como abstracta. Posteriormente, en sus escritos transformó el argumento a favor de esta última tendencia, pues permitía crear un objeto de características intrínsecamente plásticas que libera al artista de la vaga imitación del mundo natural (González, 1958).

Durante las décadas de los años treinta y cuarenta, el artista compartió intereses y criterios con la llamada Generación Nacionalista, quienes se opusieron al arte académico a favor del rescate de lo autóctono costarricense, mediante temáticas del paisaje, lo precolombino y la vida rural. Participó como miembro del grupo Círculo de Amigos del Arte, promovido por Teodorico Quirós (1897-1977) y Max Jiménez (1900-1947). La influencia en González de la obra deformada de Jiménez se hace evidente en Negros de Limón (1936, óleo sobre tela, colección Museos del Banco Central de Costa Rica -MBCCR-), sobre todo por el interés de ambos en el artista español Pablo Picasso (1881- 1973) (Rojas, 1990).

Los acontecimientos políticos de 1948 obligaron a González a salir del país: primero viajó a Cuba y en 1950 se trasladó a Maracaibo, Venezuela. En Suramérica se dedicó a las soluciones abstracto-geométricas, así como a publicar e impartir conferencias que daban un sustento teórico y filosófico a su producción.

Tanya Kreysa, Margarita Bertheau y Manuel de la Cruz González (izquierda a derecha), fotógrafo y fecha desconocida. Archivo particular.

Tanya Kreysa, Margarita Bertheau y Manuel de la Cruz González (izquierda a derecha), fotógrafo y fecha desconocida. Archivo particular.

Manuel de la Cruz, Salón de Artes Plásticas de 1932.

Manuel de la Cruz, Salón de Artes Plásticas de 1932, fotógrafo desconocido (colección MNCR, IGB 9943).

En Manuel de la Cruz encontramos algunos puntos de coincidencia con las ideas y propuestas artísticas de los precursores europeos del arte abstracto. Entre ellos el holandés Piet Mondrian (1872- 1944) y el ruso Kazimir Malevich (1879-1935), a la vez influenciados por Vasili Kandinsky (1866-1944). A esto debemos sumar la influencia del cubismo analítico, el resurgimiento de un misticismo neoplatónico y el contacto con los artistas venezolanos recién llegados de Europa, como los integrantes del grupo Los disidentes. Venezuela ofrecía un contexto favorable, debido a la coyuntura política, cultural y económica que promovía el arte abstracto como expresión de la prosperidad económica relacionada al comercio del petróleo (Triana, 2010).

ABSTRACTO – GEOMÉTRICO

La serie compuesta por sus pinturas de indios goajiros evidencia el proceso de síntesis que impuso la geometrización en los motivos y el plano. En el boceto de La Chicha (1953, grafito sobre papel, colección Museo de Arte Costarricense -MAC-) es evidente la cuadrícula que organiza la composición. Así mismo en la pintura (1953, óleo sobre tela, colección MBCCR) resolvió la estructura lineal con un trazo gestual expresionista en el que conjuga manchas de color y empastes con líneas de contorno precisas (Ulloa, 2009).

La Chicha, Manuel de la Cruz González, óleo sobre tela, 1953. Fotografía y colección MBCCR.

La Chicha, Manuel de la Cruz González, óleo sobre tela, 1953. Fotografía y colección Museos del Banco Central de Costa Rica.

En simultáneo, González trabajó la abstracción geométrica afín con las búsquedas del arte latinoamericano por un lenguaje y un discurso plástico de carácter universal (González M., 2010). En sus primeras obras en esta tendencia las líneas que delimitan las formas y organizan el espacio bidimensional son evidentes, además, encontramos una ilusión de profundidad en la superposición de las figuras, véase, San José no. 1 (laca de 1958, colección BCCR). Manuel de la Cruz presentó esta obra en 10 años de pintura: homenaje a Cuba y Venezuela exhibición del Museo Nacional de Costa Rica tras su regreso al país en 1958. En la década de los sesenta ocultó la estructura lineal, y sus pinturas tendieron a la síntesis, en composiciones más austeras de colores planos y sin la superposición, según la historiadora del arte María Alejandra Triana (2010).

Exposición de Manuel de la Cruz en el Museo Nacional de Costa Rica

Recorte periódico La República, 7 diciembre 1958, Exposición de Manuel de la Cruz en el Museo. El artista se encuentra observando su laca San José no. 1.

Sus obras abstracto-geométricas las realizó con laca o pintura industrial Duco sobre paneles de madera. Estas pinturas implicaron una nueva conceptualización del arte y la técnica en la tradición pictórica costarricense, debido a que Manuel de la Cruz proyectó el diseño que un artesano o mediador ejecutó (González M., 2010).

Manuel de la Cruz González, laca sobre panel de madera, 1958. Fotografía D. Fuchs. Colección MBCCR.

San José no. 1, Manuel de la Cruz González, laca sobre panel de madera, 1958. Fotografía D. Fuchs. Colección Museos del Banco Central de Costa Rica.

Amarillo continuo es una de sus últimas obras abstracto-geométricas, y fue expuesta en el salón de honor de la Primera Bienal Centroamericana de Pintura en 1971. Es una composición asimétrica en un formato cuadrado que corresponde al tono rojo; el mismo contiene a la izquierda abajo otra figura cuadrada de color amarillo y menores dimensiones. A la derecha, dos franjas verticales atraviesan el plano: una blanca y otra negra con mayor grosor. La gama de colores cálidos es expansiva y crea una sensación de cercanía. Un efecto que sumado a la saturación del color elimina de la superficie pictórica la ilusión de profundidad. En el margen derecho, las líneas interactúan con el peso que impone el cuadrado amarillo. Esta organización armoniza el ritmo de la composición.

Amarillo continuo, Manuel de la Cruz González, laca sobre panel de madera, 1971

Amarillo continuo, Manuel de la Cruz González, laca sobre panel de madera, 1971

El color es el elemento formal que destaca en esta obra; no obstante, el artista debió enfrentarse a un complejo proceso de composición antes de lograr el equilibro y la armonía deseada. Usualmente, en una cuadrícula trazaba diseños lineales previo a definir las formas. Además, esta retícula determinaba la posición de los elementos u otras relaciones geométricas, como el cuadro amarillo. El diseño final lo entregaba con notas aclaratorias para el laqueado; por ejemplo, los detalles sobre la gama cromática que había definido en la última etapa del diseño.

EQUILIBRIO CÓSMICO

En la reseña periodística sobre la conferencia de 1955 ¿Anula al hombre el arte abstracto?, menciona González que, ante una pintura no figurativa, debemos entregarnos simplemente a la contemplación de los colores.

El artista pretendió una expresión estética de lo absoluto cercana al equilibrio cósmico; ya que, adoptó la creencia de que el universo en su esencia está regido por un orden que se manifiesta en la geometría. Por tanto, consideró sus pinturas como un puente entre el espectador y el cosmos, en consonancia con el arte metafísico que defendían otros artistas abstractos (Triana, 2010).

La historiadora del arte Mercedes González (2010) señala otros acercamientos que tuvo el pintor hacia el arte no objetual, además, de las influencias artísticas e intelectuales ya mencionadas; destaca su interés por la arquitectura y la música. La abstracción geométrica de Manuel de la Cruz fue también una búsqueda formal para lograr composiciones análogas a la música; es decir, un arte no objetual con el que podamos entregarnos al puro goce estético. Justamente el historiador del arte Carlos Guillermo Montero define estas obras como concretismos rítmicos espaciales (1986).

González concluyó que sus lacas, como Amarillo continuo, eran obras autónomas en constante reintegración cósmica, gracias a la liberación planimétrica de la abstracción. Estas pinturas abandonaron lo decorativo para manifestar la necesidad interior del pintor, por medio de elementos intrínsecamente plásticos: la nitidez de sus formas, la claridad vibrante de sus colores puros y el encanto orgánico de sus texturas (González, 1958).

Posteriormente, en la retrospectiva Manuel de la Cruz González. Exposición monográfica 1928-1976 en el MNCR, el artista compiló sus incursiones formales y su visión en torno al paisaje, las figuras y momentos autóctonos costarricenses, junto con el desnudo y las lacas abstracto-geométricas. Su pintura de los años setenta y ochenta conservó las composiciones esquematizadas; incluso, después de abandonar la producción abstracto-geométrica en 1971. Recurre a la línea por contornos oscuros para organizar el plano y acentuar los colores cálidos y vibrantes que aplica en áreas definidas al igual que hizo en sus lacas. El equilibrio, la línea y las proporciones persisten a la base de su labor pictórica, como se aprecia en Mercado (1975, óleo sobre tela, colección Instituto Costarricense de Turismo -ICT-).

Este periodo es considerado una síntesis de su experiencia pictórica. En opinión de Norma Loaiza (1980), su búsqueda incansable lo llevó a una pintura entre el expresionismo y el fauvismo; sin embargo, González retoma el interés por la representación figurativa del contexto nacional con una expresión plástica distinta mediado por su época cubano-venezolana y su madurez como artista (La Nación, 1976).

Catálogo Manuel de la Cruz González Luján. Exposición monográfica 1928-1976, Museo Nacional de Costa Rica.

Referencias

  • Alvarado, I.  (1999). Manuel de la Cruz González. San José: Fundación Museos Banco Central.
  • Barquero. E. (Domingo 5 de octubre de 1986). Precursor de la pintura contemporánea. La Nación, p. 1D y 4D.
  • González, M. (2010). Aproximación a la obra abstracto geométrica de Manuel de la Cruz González. En Lacas inéditas: La colección de Manuel de la Cruz González. San José: Museo Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia, pp. 5-21.
  • González, Manuel de la Cruz (noviembre de 1958). El cuadro tridimensional. El cuadro objeto. Brecha, año 3, no. 3, p. 7 y 8.
  • La Nación (miércoles 2 de junio de 1976). Cuatro pintores opinan sobre muestra de Manuel de la Cruz. La Nación.
  • Loaiza, Norma (domingo 20 de abril de 1980). La vida plástica de Manuel de la Cruz González. La Nación, p. 1- 2 Áncora.
  • Montero. C. G. (domingo 5 de octubre de 1986). A Manuel de la Cruz González. La Nación, p. 2D.
  • Ulloa, E. (2009). Manuel de la Cruz González 1909-2009. San José: Teatro Nacional, Ministerio de Cultura y Juventud.
  • Rojas. J. (1990). Costa Rica en el arte. Colección de artes plásticas. Banco Central de Costa Rica. San José: Museos del Banco Central de Costa Rica.
  • Triana, M. (2010). El arte como integración cósmica. Manuel de la Cruz González y la abstracción geométrica. San José: Fundación Museos Banco Central. San José: Fundación Museos Banco Central.

AUTORA: Ericka Solano Brizuela
Restauradora y conservadora

Departamento de Protección del Patrimonio Cultural
Museo Nacional de Costa Rica
[email protected]

Publicado el 26 de noviembre de 2021

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